Dentro de las múltiples aristas de la ciencia ficción siempre brilla con luz propia aquella que pronostica nuestro futuro como especie humana, sembrando en los fanáticos cierta ansiedad por un destino que parece cada vez más próximo a concretarse. Desde aquí nacen dos vertientes conocidas por todos los adeptos de este mundillo. La primera plantea la posibilidad de salir de nuestro planeta y colonizar nuevos mundos, o al menos visitarlos para abastecernos de nuevos recursos y enriquecernos con la experiencia de vivir en otros espacios, además de conocer a los seres que los habitan. Por la otra mano, tenemos la posibilidad de permanecer en la tierra y enfrentar todo lo que eso conlleva.
Estas perspectivas completamente opuestas en algunas obras se aprecian como complementarias, este es el caso de “Los tres estigmas de Palmer Eldritch” del escritor estadounidense Philip K. Dick, donde podemos observan una realidad terrestre que es casi inhabitable debido a las altas temperaturas de la atmósfera y un constante flujo de viajes espaciales hacia afrodisíacos resort extra planetarios solo exequible para los más privilegiados. Sin embargo, para el desarrollo de este artículo vamos a proceder a analizarlos como vertientes independientes para poder apreciar de mejor manera las consecuencias que proponen en el futuro de la humanidad.
Los viajes espaciales y la exploración son de las temáticas predilectas en la ciencia ficción, y en la actualidad, tienen sus cimientos reales desde que el hombre logro pisar la luna, plantó satélites, generó fotografías espaciales, generó mapas de las galaxias cercanas y más recientemente estableció el aspecto visual de un agujero negro. Esta vertiente nos propone un futuro prometedor que lleva al hombre en el viaje eterno del desarrollo de conocimiento y este tentador panorama es retratado en múltiples obras de space opera, pero así como nuestro propio universo, sigue siendo un territorio inmenso por descubrir.
Por otro lado, la vertiente de quedarse en la tierra, es inmediatamente más sombría y menos alentadora, la mayoría de las veces se propone una destrucción paulatina, ya sea por los mimos humanos, el clima o las maquinas. Se establece que permanecer en la tierra tarde o temprano significará una modificación de la humanidad tal como la conocemos, ya sea mediante su destrucción parcial o total, o por vernos volcados a una evolución prematura que nos permita seguir viviendo. A fin de cuentas, esta vertiente nos ofrece la posibilidad de adaptarnos o morir.
En las últimas décadas esta idea ha calado profundamente en los fanáticos del género, tanto escritores como lectores, y se ha planteado la necesidad de que, si permaneceremos en este planeta, hay que impedir su destrucción, o en su defecto, en el caso de que migráramos hay que lograr impedir la destrucción del planeta al cual lleguemos. Desde esta idea surge las llamadas ecoficción y la climaficción como corrientes narrativas especulativas que ofrecen alternativas de cuidados ambientales o de relacionarse de forma activa con la mantención de los ecosistemas.
Estas obras responden a una necesidad teórica propia de la ciencia ficción como es proponer nuevos futuros viables para la especie humana, pero al mismo tiempo responde a una necesidad práctica haciendo un llamado de atención a una generación que está viviendo las consecuencias de un pasado que ha explotado los recursos naturales en pro de la industrialización y el capitalismo, a tal punto que la sobrevivencia y la escasez de elementos básicos como el agua es una realidad.
Es curioso pero estas corrientes, pese a tener exponentes desde los 60s, no suelen ser conocidas ampliamente, quizás debido a que no existe alguna adaptación cinematográfica o televisiva que las llevaran a permanecer en el imaginario colectivo, como si ocurrió con Star Wars o Star Trek, respecto a viajes espaciales o la guerra de dos mundos y yo, robot, o incluso la misma franquicia Matrix respecto a futuros dentro de nuestra Tierra. Por ello, tras presentárselas quisiera recomendarles algunas de las obras del catálogo Sietch para que las conozcan y juzguen por ustedes mismos.